A inicio de año, la mayoría de las personas hacen una lista de los propósitos no cumplidos para alcanzarlos en el nuevo año. Es por esto, que para generar cambios y cumplir con esos propósitos, hay que tener orden y claridad al momento de tomar acción frente a los objetivos. De acuerdo con lo anterior, es esencial crear hábitos. Pero, ¿qué es un hábito? Un hábito es una rutina o comportamiento que se realiza de manera constante y, en muchos casos, automáticamente.
Desde la parte práctica, en donde a través de ‘Las 4 Leyes del Cambio de Hábitos’ que James Clear (2018) menciona en su libro “Atomic Habits”, se pueden construir nuevos hábitos que direccionen un plan para lograr los objetivos del 2023.
Estas leyes son un grupo de reglas que se utilizan para construir mejores hábitos: 1. Hacerlo obvio 2. Hacerlo atractivo 3. Hacerlo fácil 4. Hacerlo satisfactorio
Por tanto, para “Hacerlo obvio” hay que revisar cómo las rutinas afectan el día a día. Por ejemplo: hacer una lista de las actividades realizadas en un día. Luego, poner si es positiva, negativa o neutral, dependiendo si este hábito suma, resta o no genera alteraciones en las rutinas; considerando si te acercan a tu mejor versión.
Para “Hacerlo atractivo”, puede hacerse una acción que refuerce la actividad que no te gustaría hacer. Por ejemplo: quieres ejercitarte más pero también ver tu serie favorita del momento. Una buena opción es hacer 15 sentadillas y luego ver la serie (Por cada 15 sentadillas ver la mitad de un episodio). Así se conectan las acciones que deben hacerse con las acciones deseadas.
Para “Hacerlo fácil”, es necesario entender que estar en movimiento es diferente a tomar acción. Al estar en movimiento se logran hacer estrategias, aprender, entender; y tomar acción es el comportamiento que nos produce un resultado. Así que, para cambiar el hábito de comer alimentos con azúcar a diario, estar en movimiento sería investigar como leer el etiquetado nutricional de los productos que vas a consumir; pero si se toma acción, pasarías de comerlo a diario a comerlo una vez a la semana.
Un ejemplo de “Hacerlo satisfactorio”, es que después de finalizar el ejercicio físico puede hacerse una actividad gratificante como masajear los pies o tomar un baño, ya que el refuerzo inmediato ayuda a que mantengamos la motivación a corto plazo, mientras esperamos a que lleguen las recompensas a largo plazo.
Por último, si los propósitos de este año van encaminados a generar o cambiar hábitos, recuerda siempre la importancia de que el proceso de cambio no es lineal, cada paso es importante por más mínimo que sea. Hacer el camino más fácil y satisfactorio hará que las emociones y el pensamiento vayan por el rumbo que se quiere y, de esta manera, alcanzar los hábitos deseados.
Referencias: Clear, J. (2018). Atomic Habits: An easy & proven way to build good habits and break bad ones. Penguin. Hebb, D. (2005). The organization of behavior: A neuropsychological theory. Psychology Press. Gardner, B., Lally, P., & Wardle, J. (2012). Making health habitual: the psychology of 'habit-formation' and general practice. The British journal of general practice : the journal of the Royal College of General Practitioners, 62(605), 664–666. https://doi.org/10.3399/bjgp12X659466
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1 comentario
Maravilloso que podamos enfocar nuestros propósitos para mejorar nuestra salud.