En la época decembrina es normal tener más eventos sociales, familiares o de trabajo. Por esto, es necesario distinguir cuando se tiene ‘hambre fisiológica’ o ‘hambre emocional’ y, así disfrutar de estas festividades sin llegar a los excesos.
Llega la época del año en la que, su principal característica, es celebrar. Esto implica reuniones familiares, con amigos, compañeros de trabajo, etc. Para no caer en excesos, es importante saber la diferencia entre hambre fisiológica y hambre emocional. El hambre fisiológica es la necesidad de nutrir y alimentar el organismo; mientras que, el hambre emocional, se manifiesta cuando se come para disminuir alguna emoción. En el caso de la temporada navideña, cuando se está en eventos sociales, se tiende a comer de más para satisfacer las emociones propias y las de los otros. Es por esto que, al diferenciar entre ambas, se le puede dar un mejor manejo a estos eventos o situaciones detonantes.
A continuación, se muestra la diferencia como se puede manifestar cada una:
Para manejar el hambre emocional se sugiere poner en práctica los siguientes consejos:
- Cuando se está en un evento social, lo ideal es tomar agua antes y después de la comida para evitar la deshidratación y seguir comiendo sin hambre fisiológica.
- Evitar el ‘picoteo’ para tener certeza del momento en el que el organismo se siente saciado.
- Comer lento y masticar muy bien los alimentos para que haya una disminución en la ghrelina (hormona que genera el apetito) y aumento de la leptina (hormona que genera saciedad).
- Dejar de lado los aparatos electrónicos al momento de comer, para concentrarse y vivir plenamente la alimentación.
- Ser consciente de que, a través de la constancia, se logra el éxito.
- Recordar siempre el balance en las porciones para no caer en excesos.
Es muy importante identificar la causa que está detonando el hambre emocional. Por ello, hay que tener en cuenta lo valioso que es entenderla, enfrentarla y preguntarse siempre si vale la pena quedarse en esta y, cómo se puede salir de ella de la mejor manera; con el propósito de gestionar las emociones y tener una mejor relación con la alimentación. ¡Las pequeñas acciones generan grandes cambios!
Referencias:
- Barqui, V. Hambre Emocional (2021). Guía de Supervivencia para Estudiantes en Pandemia, p. 123-137.
- Rodríguez Romero, D. (2017). Alimentación y Emociones. Una sinergia fundamental para nuestro bienestar.
- Núñez-Hernández, V., Vargas-Cerero, E., Sánchez-Madrigal, J., Jaramillo, E., Martínez-Navarro, J., & Nava, A. (2014). Nociones sobre fisiología del apetito. Apetito y hambre. El Residente, 9(1), 15-19